La aspirina es el medicamento más conocido y seguramente el más utilizado en el mundo. Para nosotros los cardiólogos ha servido de herramienta para tratar enfermedades cardiacas principalmente los infartos al corazón. Pero qué tan importante es la aspirina en el uso diario? Quién debe tomar la aspirina? Y es la aspirina segura para mí?
En mi consulta se presentan cientos de pacientes con la inquietud del uso diario de la aspirina, muchas veces es prescrita indiscriminadamente sin una base científica de la necesidad de la misma.
Sabemos que la aspirina es una medicina fácil de conseguir en cualquier farmacia y a muy bajo costo. Tiene beneficios en aliviar el dolor, bajar la fiebre y desinflamar, además de la no despreciable reducción de eventos vasculares como un infarto al corazón o al cerebro. Sin embargo, este beneficio tambien trae ciertas cosecuencias por su uso frecuente de presentar úlceras y sangrados gastrointestinales, además de poder ocasionar daño al hígado o riñón, con aumento de probabilidad de mayores sangrados en otras áreas del cuerpo, sobretodo cuando se combina con otras medicinas en pacientes con mucha posibilidad de sangrado.
¿A todo lo anterior, debería mi paciente tomar aspirina o no?
La nueva evidencia en los ultimos años sobre el uso de aspirina de forma rutinaria en los estudios ARRIVE y ASPREE demostró que el uso rutinario de aspirina en personas mayores de 55 años sin antecedentes de problemas cardíacos NO disminuyó el riesgo de presentar infarto o embolia cerebral, pero si aumentó el riesgo de sangrados mayores en el cuerpo.
Toda esta información sugiere que debemos ser cuidadosos a quién prescribimos la aspirina, y claro que los cardiólogos seguiremos recetando aspirina, pero lo haremos a los pacientes que ya sufrieron anteriormente un infarto o una embolia cerebral o que tengan un muy alto riesgo de presentarlo.
Así que la decisión final de tomar aspirina debemos dejársela a tu médico de confianza, este valorará el riesgo que tienes o los antecedentes médicos que presentes, para que siempre sea un medicamento que te dé más beneficios que reacciones no agradables a tu cuerpo.
Dr. Carlos Novoa Argüello
Cardiología Clínica
